lunes, 27 de febrero de 2012

LA MEMORIA DE URDANGARIN

Vaya por delante que el Sr. Urdangarín no es santo de mi devoción. La gente que trata de medrar a toda costa y de aprovecharse de una situación de privilegio no suele gustarme nada. Cuando además, como al parecer en este caso, es evidente que no era necesario ser tan ambicioso, mordiendo la mano que le daba de comer, entonces todavía me parece más deplorable. Desde luego no voy a opinar acerca de si el actuar de este señor es delictivo o no y si lo fuera, si ha prescrito parte o la totalidad de los delitos que se le imputan porque obviamente no conozco las actuaciones judiciales y detesto la demagogia. 

Pero todo eso no quita para que tampoco me hayan gustado unas manifestaciones que la prensa adjudica al Juez Instructor de la causa y que ha motivado que se resalten en más de un titular. Transcribo literalmente lo supuestamente manifestado por S.Sª: "Para decir esto, es mejor que no hubiera venido a declarar". 
 En primer lugar si ésos han sido los términos en que se ha expresado el Sr. Juez, me parece cuanto menos una patente falta de educación para con la persona que declara, se llame Urdangarín, López o Pantoja. Da igual quien sea el imputado. Pero voy a dar un paso más. Yo le diría al juez que él mejor que nadie sabe que cualquier imputado, entre otros, tiene derecho a NO DECLARAR y a no DECLARARSE CULPABLE. Por lo tanto, el Sr. Urdangarín está en su perfecto derecho, de acuerdo con su línea de defensa, a declarar o a no declarar, a olvidarse o a no querer recordar, en definitiva a decir lo que pueda serle más favorable. Esas son las reglas del juego. 

La misión del Juez Instructor es investigar los delitos y recabar las pruebas necesarias, para más tarde elevar la causa al tribunal que juzgará al acusado. No está allí para hacer comentarios, juicios de valor o apreciaciones. Debe, como profesional que es, mantenerse al margen y hacer abstracción de lo que le parezca bien o mal acerca de cómo establezca el imputado su defensa, siempre que ésta o el propio acusado se comporte dentro del orden, la legalidad y el respeto que debe imperar en la instrucción, la cual corresponde dirigir al Instructor. El mismo respeto que se le debe al Juez es el que él debe mostrar siempre para con los justiciables, sin que sea necesario ni elevar el tono de voz, -escudándose en que es su forma de expresarse-, ni hacer comentarios que puedan llegar a ser intimidatorios, tratándose de una figura que se encuentra en una situación de poder frente al interrogado. Y esto debe de alcanzar a todos los jueces y a todos los imputados. Es simplemente cuestión de educación.

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2 comentarios:

  1. A mi me extraño la frasecita, pensé "se le debe haber escapado", una de esas situaciones de micro abierto que no sabes que se te está escuchando.
    Me pareció fatal.
    Saludos Begoña

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    1. Gracias Paloma por tu opinión que comparto contigo. Un profesional no puede dejarse llevar por sus emociones, se le paga para que haga su trabajo, sin más. Y sobretodo exijo el mismo respeto que doy y recordar que ya no vivimos en la época de la inquisición.

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