jueves, 9 de febrero de 2012

EL QUE A HIERRO MATA A HIERRO MUERE SR. GARZON.

Desde que he escuchado este mediodía la noticia de que el Tribunal Supremo había dictado sentencia en la causa seguida contra el Sr. Garzón, me he sentido orgullosa de ser española, me he alegrado de vivir en un estado de derecho y sobretodo me ha dado tranquilidad de ánimo el saber que si un día tuvieran que juzgarme lo harían con todas las garantías constitucionales, sabiendo que nadie está por encima de la Ley. 
No se ha juzgado la carrera profesional del Sr. Garzón, tampoco su carrera política, que aunque breve la tuvo, se ha juzgado a un juez que pretendió con una actuación determinada aplicar "el todo vale" para perseguir el delito y a unos presuntos delincuentes, a sabiendas de que las resoluciones que dictó para apoyar sus escuchas eres injustas y vulneraban el derecho de defensa que es un derecho constitucional. Este es el delito llamado de prevaricacion.
Es fácil hoy hacer demagogia con este asunto, pero quien la haga solo dejará en evidencia su más absoluta ignorancia y el desprecio total al Estado de Derecho y a la Ley.
No he querido hasta ahora sentarme a escribir sobre ello porque previamente he querido leer los casi 70 folios de la sentencia dictada y desde mi profesional opinión el Tribunal Supremo ha dictado una resolución magnifica e impecable, en la que ademas de hacer un estudio minucioso y pormenorizado del delito de prevaricacion, lo hace igualmente respecto de los derechos vulnerados y de las pruebas propuestas y practicadas por las partes a lo largo del proceso que han servido de apoyatura y cuya culminación ha sido la sentencia. 
El derecho de defensa, que se incardina en el art. 17 de la Constitución es uno de los pilares fundamentales dentro del proceso penal. No existiría un proceso justo si se eliminara el derecho de defensa. El derecho de defensa es tan importante que ni siquiera podría suspenderse en caso de estado de excepción o de sitio, encontrándose al mismo nivel que el derecho a un proceso con garantías y en definitiva a un proceso justo, los cuales se encuentran recogidos en el art. 24 de la Constitución Española.
Con esta resolución judicial el Tribunal Supremo ha puesto fin a la carrera profesional de un juez que quiso ser una estrella, que quiso estar por encima del imperio de la ley, que es a lo único que tienen que estar sometidos quienes imparten justicia, que quiso impartir SU justicia y no justicia, que no tuvo empacho, enarbolando no se bien que bandera, saltarse las normas más importantes y básicas que a todos nos permiten vivir con la seguridad de que nadie nos someterá a un juicio sin defensa, sin conocer de qué se nos acusa y en definitiva que no se nos condenará sin pruebas.
Me dan mucho miedo los justicieros porque son primordialmente temerarios y porque las consecuencias de sus actos son en ocasiones irreparables. Como no podía ser de otra manera el que a hierro mata, a hierro muere, Sr. Garzón.

1 comentario:

  1. Querido Antonio: Esperaba alguna respuesta por parte de un Notario y me da mucha alegría recibirla de ti. Estoy de acuerdo con las cosas que dices y habrá que esperar lógicamente a que el Consejo de Ministros diga algo al respecto para que leamos, estudiemos y podamos debatir y criticar las medidas que se adopten. Si por algo creé este espacio es para que se pueda debatir desde la liberta, el respeto y sin demagogias sobre todos aquellos temas o problemas que nos preocupen, bienvenido y espero tener más respuestas tuyas. besos.

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