Llevo pensando todo el día en ello, en los millones de mujeres a las que se les ha extirpado su dignidad de mujer, a los millones de niñas que cada año sufren esa brutal y depravada mutilación cuyo único fin es la dominación del hombre, que llega a privarles de aquello que las convierte y las identifica como mujeres. El hombre de esta forma se asegura que la mujer que contraiga matrimonio con él llegara virgen, no conocerá el placer sexual y por lo tanto ni le será infiel ni tendrá hijos con otros hombres.
Si esto es terrible hay que añadir un dato más y muy importante. No son los hombres, una vez mas, quienes se manchan las manos de sangre cometiendo tal atrocidad ni quienes escuchan los gritos de dolor de esas niñas. Quienes cumplen con ese cometido son mujeres. Las madres y las abuelas, a las que sometieron en su día a tal mutilación, quienes lo practican con sus hijas o sus nietas, sin ningún tipo de asepsia, aplicando la fuerza, utilizando cualquier utensilio cortante y consintiendo que muchas de ellas mueran al cabo de los días, desangradas o por infecciones.
Insisto una y otra vez en que es imprescindible la educación para erradicar el maltrato porque sino no conseguiremos nunca erradicarlo. Este es una ejemplo cruel de ello y encima es la mujer, -la mano que mece la cuna-, quien le hace el trabajo sucio al hombre. Hay que conseguir que se penalice al máximo este tipo de delitos en los que la condena tiene que imponerse tanto al hombre como a la mujer que participa porque es cooperadora necesaria.
Miro a mi hija y le explico detalladamente lo que padecen hoy día muchas mujeres en el mundo, y le cuesta escucharlo y creer que pasen estas cosas en la actualidad y veo su mirada de indignación y en el abrazo que le doy a ella, abrazo a todas aquellas mujeres a las que no sólo les han arrancado su intimidad, sino también su identidad y sobretodo su alma.
Me has emocionado al comentar que precisamente sean las mujeres que supuestamente mas quieren a esas niñas, las que les hacen semejante mutilacion. Por suerte ya hubo una sentencia que condeno a los padres, porque se habia producido en territorio español, pero aun asi, estamos lejos de su erradicacion por la falta de formacion de estas mujeres (entiendo que es por eso porque sino no alcanzo a comprenderlo). Como siempre Begoña concisa, directa y con sentimiento, abriendo conciencias. Un beso
ResponderEliminarGracias Nuria por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo en la dificultad de eliminar semejante barbarie pero no por ello vamos a callar algo tan atroz. bss.
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