Si no puedes cumplir, comunícalo. Eso es fundamental.
Hay que saber que cuando nos obligamos a algo, no podemos dejar de hacer frente
sin más a aquello con lo que nos comprometimos, y si de lo que se trata es de
nuestros hijos con mayor motivo.
Estamos en una época en la que de un día para otro
podemos vernos privados del trabajo, de los ingresos con los que programamos
nuestra economía, o incluso hasta de nuestro patrimonio. Si por si esto fuera
poco resulta que un día nos comprometimos a hacer frente a una serie de
obligaciones familiares relacionadas con nuestros hijos. Si esas obligaciones
familiares constan en una sentencia porque un día nos divorciamos, entonces hay
que ser especialmente cuidadosos en la forma de proceder.
1º).- Nadie
salvo tú tiene porque conocer tu situación personal y económica, y mucho menos
adivinarla.
2º).- La protección
de los hijos menores dimana de la propia Constitución.
3º).- Lo que la Jurisprudencia denomina el mínimo
vital, es esa cantidad imprescindible con la que un progenitor debe de cooperar
al mantenimiento de cada hijo y que a
día de hoy se cifra en un mínimo de 180’-€ mensuales.
4º).- Si no se puede hacer frente a la obligación de
pago hay que comunicarlo de inmediato al Juzgado que dictó la sentencia y
solicitar una modificación de la medida económica.
5º).- Esa modificación no implica dejar de pagar la
totalidad de la pensión alimenticia.
6º).- No esperes nunca a que te reclamen
judicialmente la deuda pendiente. Los gastos que comporta esa reclamación la
hacen más difícil de liquidar.
7º).- Ten en
cuenta que el no pagar puede ser constitutivo de delito, y las consecuencias de
ello siempre son graves.
8º).- No digas “a mi hijo no le va a faltar de
nada”, con que lo lleves a la práctica en proporción a tus ingresos, será
suficiente.
9º).- No olvides que uno responde de sus obligaciones
no sólo con sus ingresos sino también con sus bienes.
10º) Y por último, no olvides ser diligente
comunicando tu imposibilidad de pago y responsable con las obligaciones que
aceptaste al traer un hijo al mundo.
Espero que os haya servido.
Querida Begoña:
ResponderEliminarMe parecen unos comentarios geniales, más hoy que en nuestro entorno aparecen este tipo de situaciones en las que ignorar lo que está pasando y esconder la cabeza parece ser la situación.
Saludos y gracias por estos consejos.
Gracias a ti por tus palabras. Estoy de acuerdo contigo. A veces por ignorancia, por vergüenza, por no preguntar o por la situación vital del momento no se afrontan problemas que si se dejan, como en este caso, se pueden multiplicar, cuando pueden evitarse y sobretodo tratando de preservar la relación personal.
EliminarAfortunadamente, y es literalmente así, nunca, ni en mi entorno cercano, he conocido situaciones semejantes; pero considero de gran valor estos consejos. ¡Cuántos disgustos y problemas se pueden ahorrar! De pronto me viene a la cabeza, siempre desde el punto de vista de que se actúa de buena fe, que ese huir hacia delante es por desconocimiento y por una vergüenza mal entendida. ¿Qué tiene de desdoro perder una situación económica estable, sea mayor o menor?
ResponderEliminarSólo en el caso que esta sobrevenga por la ambición y le salgan mal los negocios a la persona, o por verse atrapado en la dinámica general de consumir hasta el mismo límite de nuestras posibilidades e incluso más allá, mucho más allá diría yo, se puede sentir uno avergonzado.
Como tú comentabas el otro día, pérdida de valores. Esa pérdida realmente los ha trastocado y lleva consigo aparejada, sin ninguna duda, la degradación de la dignidad de la persona.
Siempre lo he dicho, y lo mantengo, tan miserable me parece el que no sabe disfrutar de lo que tiene, como el que vive por encima de sus posibilidades en un equilibrio imposible de mantener en el tiempo. Lo cierto es que como dice el refrán: "Sólo nos acordamos de Santa Bárbara, cuando truena". Besos Begoña.
Es muy triste perder el trabajo, los ingresos o los bienes y además tener que hacer frente a responsabilidades adquiridas. Por eso es necesario tener clara la forma de actuación para no perjudicar ni perjdicarse más con estas nuevas situaciones vitales y tratar de poder salir adelante. Gracias Pilar por tu comentario que ya sabes suscribo. Besos.
EliminarPero todas estas consideraciones, con la convivencia compartida, dejarían de ser problema.
ResponderEliminarEstá claro que de donde no hay, no se puede sacar y si la madre o el padre, se han dedicado de siempre al cuidado del hogar, no van a tener un acceso fácil al casi invisible mercado de trabajo: ¡¡¡Viva el Código Civil!!!
Las sociedad, combió hace tiempo y la manera de criar a una familia, también. La definición de familia no es la misma que en los años ochenta y una inercia que viene de lejos, empuja a uno de los "coprogenitores" a buscar beneficios económicos de una ruptura matrimonial. Está al orden del día, denunciar falsamente por "violencia de género" (género solo hay uno, el género humano y sexos dos) y arrancar a unos hijos el contacto con un padre que se ha preocupado desde siempre por ellos. El tema es peliagudo...
¡¡¡Viva la Custodia Compartida!!!
Ante todo gracias por tus comentarios siempre. Desgraciadamente Paco la custodia compartida no es la panacea. Hay parejas que la tienen, pero deben de cooperar a los gastos de sus hijos en proporción a sus ingresos. De todas formas yo no hablaba de ese tema sino de la necesidad de comunicar siempre la imposibilidad de pagar con el fin de evitar otros gastos.
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